El viernes pasado me mudé. Ha sido una nueva experiencia ya que salí de casa de mis padres para casarme yendo a una casa donde únicamente transporté mi ropa, ya que las listas de bodas me proporcionaron todos los muebles, electrodomésticos y cortinas necesarias para amueblar y llenar una casa siendo ellos los que me llevaban las cosas que venían nuevecitas, llenas de plásticos y lo único que tenía que decidir era dónde ponía cada cosa. Hacía mucha ilusión llenar tu casa de cosas nuevas elegidas por ti con dinero suficiente como para no andar haciendo recortes, y privándote de lo que te gustaba porque no te llegaba. Comprar una espátula era todo un acontecimiento, porque no era cualquier espátula ….. era tu espátula!!!!!!. Y he de reconocer que ponerte en pelotas en tu casa paseando por el pasillo sin personas alrededor, me dio una sensación de libertad increíble….no se a vosotros pero el ir en pelotas por tu propia casa es una de las experiencias que más anhelaba experimentar…….Lo hice sólo un par de veces pero joder menudas dos veces!!!!.
He llegado a la conclusión de que las mudanzas es una experiencia infernal. Se que hay mucha gente en mi entorno que ha cambiado tropecientas veces de casa, de colegio, de ciudad, de país e incluso a veces de padre o de madre, con lo cual he de manifestarles mi absoluta admiración porque yo sólo pensar en la posibilidad de repetir esto siete veces, como se suele decir “se me abren las cannnnnnes Antonita madre”. Parece que todo es muy fácil, que las empresas de mudanzas te van a facilitar hasta las compras de Navidad, contratas una mudanza “todo incluido” como las pulseritas de los Resorts del Yucatán y ya está!!! La solución a tus problemas!!!...de verdad??????pues no, ahí es cuando empieza tu llegada a Mordor, pero sin Gandalf ni Légolas.
En mi caso, un día era el de embalaje y otro el de transporte y entrega de toda la casa en el nuevo domicilio. Bueno pues ya empezamos mal …porque como parece que tengo el síndrome de Diógenes pero en limpio y brillante, no hubo forma de embalar toda la casa en el día…se les acabaron las cajas y además decidieron a pesar de haber llegado una hora tarde por un atasco (que le puede ocurrir a todo el mundo, es lo que tiene Madrid), se piraban a las dos, así a la francesa porque yo lo valgo como Loreal. Una que le gusta dar vueltas a la cabeza a veces demasiado, llegó a la conclusión de que tenían otra mudanza con falta de personal así que tuvieron que tirar de los míos para cumplir con quien fuera . Nada más llegar el “mandamás de los Popeye carga cajas”, me plantó el presupuesto delante para que pagara y le dije que cuando estuviera la última caja en mi casa, hablábamos que yo no pago de antemano, sólo en los Mc Donald´s y porque veo las fotos.
Es curioso como cuando quieres localizar a los responsables, estos de pronto comunican, no tienen bien los teléfonos, hay una gilipollas en la recepción que no les da los recados, parece que están rodeados de incapaces y que tu eres una retrasada mental esférica, es decir que te miren por dónde te miren eres retrasada, que no sabes localizarlos. A mí no hay cosa que me ponga más de los nervios, que los chulos cuando no se lo pueden permitir, y esta vez me tocó un chulazo de los de taberna, aguardiente y codo en el mostrador con palillo en la boca, que hasta me dijo “mañana a las ocho me paso por tu casa y verás cómo está todo, que se hacer mi trabajo que las mujeresos ponéis muy histeriquitas”, a lo que respondí como gata que soy, “ni de coña está a las ocho ni la mitad de mi casa dentro ni montada que se lo que es mi casa desmontada, y ven que no te voy a abrir la puerta, porque estaré lamiendo algún sapo alucinógeno que es lo que hago a esas horas entre semana, es lo que hacemos las histéricas”.
Efectivamente y como era de suponer mi casa acabó de estar depositada tras sacarla de tres camiones a las doce y pico de la noche. Los pobres Popeye, que se iban incrementando en número a medida que pasaban las horas ante la cantidad de cajas y cajas y muebles, me dijeron a las ocho, (la hora vaticinada por el chulazo como la última campanada de cenicienta) que el “pollo” estaba al teléfono diciendo que si me importaba que siguieran todo el sábado. Le dije que genial sin problemas pero que empezábamos a descontar del presupuesto, tic tac tic tac, como un taxímetro…de hecho fue el quien me garantizó que a las ocho tenía todo montado…no?. Como era previsible en un hombre con tanta delicadeza para con el ser humano, hizo a los Popeye seguir a destajo para trincar la pasta entera, no debe saber que Lincoln abolió la esclavitud, ni de la reforma laboral y las horas semanales de trabajo autorizadas legalmente en España…eso no se lo debe saber, creo que sólo fue a las clases de matemáticas.
Los pobres se zamparon las pizzas y las cervezas que les pusimos porque el chulazo no debe pagar tampoco dietas, y colocaron las camas a las doce y pico de la noche peroclaro, vete tu a saber dónde estaban las sábanas almohadas y demás……..la casa parecía un cubo de rubic pero sin colores, con todas las cajas blancas apiladas y encajando como el tetris ,y lo mismo abrías una y te encontrabas la espátula famosa del principio del artículo con la crema hidratante . Por supuesto no pegué ojo entre el estrés que demuestra mi todavía calentura en los morretes, que parece que me han dado con una puerta y con ganas, y el agobio iba subiendo como la temperatura de los termómetros de mercurio…hasta el infinito y más allá.
Continuará………………..