No
se cuántas veces en mi vida habré pronunciado esas palabras, o su traducción
simultánea al idioma adulto que es “te lo prometo, tienes mi palabra, o
claro que sí”…..Muchísimas, casi infinitas ¡!!!, pero nos hemos parado
alguna vez a analizar su importancia y significado?
Esta
frase tan conocida y que forma parte de nuestra vida desde la más tierna
infancia, encierra algo que para mí siempre ha sido básico y un pilar en mis
principios y mi forma de ver y entender la vida. Cuando somos pequeños y
lo decimos con frecuencia, no sé si en algún momento llegamos a darnos cuenta
de lo que esa frase nos define, ni de la importancia que tiene y tendrá en
nuestro futuro, y más aún si nos centramos en las relaciones humanas.
Hombres
y mujeres….nuestra palabra es de las cosas más valiosas que tendremos jamás.
Somos lo que decimos, y cuando damos nuestra palabra en algo, ya sea una
chorrada como quedar a una hora y aparecer (vaaaaaaale aunque sea un poco
tarde, esos diez o quince minutos de cortesía que se dan para imprevistos como
es atasco, no encuentro sitio para aparcar, o me ha llamado mi madre en el
último momento), o cosas más complicadas como “si me necesitas silba
y ahí estaré”, siempre hay que cumplirla, SIEMPRE. Si no estás seguro de
cumplir…no prometas.
Porqué
es tan importante esto en las relaciones humanas, entre amigos familia o
pareja? : pues nada más y nada menos, que porque crea expectativas en las otras
personas. Y cuánta confianza destruye cuando no se cumple con ella?, cuántos
sueños y compromiso se caen como una torre de naipes?, cuanta decepción o
incluso lagrimilla escondida en un “mepicanlosojosnadamás”?...puffff
creo que demasiadas ..no?
En
esto, (y de verdad “palabritadelniñojesús” que quiero a los hombres y me
parecen maravillosos, que tampoco quiero que parezca que cargo contra ellos un
día sí y otro también), ellos son los Reyes del donde dije “digo” digo “Diego”…,
se llevan la palma lo siento pero es así chicos ¡!!. Las mujeres lo hacemos
pero con mucha menos frecuencia que vosotros, porque precisamente valoramos
mucho las promesas e intentamos cumplirlas. No te puedes quejar de algo que
haces tú, y eso del “predicar con el ejemplo” lo tenemos grabado a
fuego, entre otras cosas, y aquí va la confesión y el arma letal que os
doy con ella ……para podernos meter con vosotros cuando no lo hacéis
jajjajajajajja ……chicas no me matéis por favor ¡!!!!(síii a veces somos
brujillas con escoba y todo).
Es
humano crearse expectativas, y dentro del género femenino…esa condición es exponencial.
Me explico: no entendemos muy bien porqué prometéis cosas al “tun tun”,
es decir sin saber si realmente podréis cumplirlas. Para mí es un secreto como
el de la Santísima Trinidad o saber de qué coño vive la gente de Santander,
más o menos…así que fijaros el alcance ¡!!!. Con lo sencillo que es
decir “lo voy a intentar, no es seguro”, o “no lo creo, ya te
voy confirmando”, o “va a ser difícil,,no cuentes con ello y si puedo te
aviso”, “te llamo “ y lo haces…noooooooo la contundencia de ese trabajado
y complicado “OK”, “Si”, “Vale”, “Bien”, con el que nos
obsequiáis normalmente, (ya se sabe, que no vaya a ser que se conozca algún
caso de un espécimen masculino de la raza humana, que gaste saliva o pueda
decantarse por una frase cuando puede utilizar un monosílabo), hace que
contemos con que es verdad lo que nos habéis dicho, y vuestras palabra sea
considerada pacto sellado y garantía de que ocurrirá, salvo que se desate la
tercera Guerra Mundial (en cuyo caso ,es que ni nosotras podremos, porque estaremos
abrasadas por la bomba atómica, y viendo las flores del revés).
Cuando
no la cumplís, porque sobre la marcha habéis cambiado de opinión (y esperáis
que por telepatía lo captemos), o se os ha cruzado otra cosa que os apetece
más, os llena más o simplemente no os apetece , porque la dijisteis en un
momento y este es otro (que es otro de los razonamientos esgrimidos con mayor
frecuencia, a las doce pensáis una cosa y a las cuatro otra), no os dais cuenta
de lo que esa omisión produce en la otra persona. Nosotras lo creemos a “pies
juntillas”, y sobre eso nos creamos ilusión o expectativas de algún tipo. Así
que el desinfle que produce el “cambio de opinión, planes etc”, es
brutal, no llegáis a imaginaros el alcance que tiene y cómo nos duele. Ahí es cuando
la mujer dice eso de “no me pasa nada”, porque no podemos creer que hayáis
faltado a vuestra palabra, y que además no os importe en absoluto, y
califiquéis nuestra desilusión como “exageración y dramatización”.
Extrapolándolo
a todos los ámbitos de la vida…..le decís a vuestro jefe que vais a hacer un
trabajo, y luego decidís que no os apetece, o que no es necesario y no lo
hacéis y que es un dramático y tampoco es para tanto, que ya lo haréis otro
día?. No verdad?, os habéis comprometido, habéis dado vuestra palabra y aunque
implique trabajar el fin de semana o perderos lo que sea, lo hacéis y nosotras
lo comprendemos, os disculpamos con quien sea y facilitamos que podáis cumplir
con vuestra palabra. No queréis que se os conozca como aquel empleado en quien
no puede confiar vuestra empresa porque no cumplís, no tenéis palabra, decís
una cosa y hacéis otra, verdad? .Porque entonces, os están considerando no
fiables, alguien que no merece la confianza depositada, ni un hombre
responsable, dejáis de ser un hombre “como tiene que ser”. Entonces porqué
en vuestra vida privada si?. qué pasa que es más importante un análisis DAFO
que irte con tu pareja al cine? O recordar que habías quedado con tu madre para
ayudarla con un armario?...en teoría si comparamos proyectos sí, parece de más
envergadura el DAFO,….pero si comprobamos importancia real….el DAFO os calienta
por la noche? os escucha cuida y da sin medida? Os tiene preparado este tupper
de croquetas que sólo una madre sabe hacer?, estará con vosotros cuándo la
empresa decida echaros, o que hay otro mejor que os sustituya?....cuidado con
los baremos de comparación.
Y
las mujeres…cuántas veces le decimos a una amiga o a nuestra madre o hermana,
que vamos a ir a verla y luego resulta que llama el churri de turno, o
cualquier otro plan más apetecible, o incluso esa peli con mantita porque fuera
está lloviendo y …………….
Dejemos
de comportarnos así, y que cuando demos nuestra palabra, ya sea en la vida
profesional como en la personal, hombres y mujeres sea para cumplirla siempre.
Que nuestra palabra hable bien de nosotros, que las expectativas que creamos
con ella en las demás personas, sean una expresión de la confianza
que se puede depositar en nosotros.
Que cuando alguien hable
de nosotros entre las cosas que diga al margen de altura, capacidad de divertir
al personal, o habilidades varias….sea: ahí donde la/le ves….es un tío/tía de
palabra, te puedes fiar de el/ella.......y que sea verdad.
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