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martes, 17 de marzo de 2015

SUPERMERCADOS


 
Ir al supermercado una vez a la semana supone una de mis obligaciones inexcusables, necesaria cuando hay eco en la nevera, el ratón que vive dentro amenaza con empezar a cantar “del barco de chanquete no nos moverán” imitando a los indignados de la Puerta del Sol, y tienes una maldición genética consistente en tener el hambre de un velocirraptor escapado de “Jurasic Park”, como es mi caso…  Me encanta cocinar y me encanta comer, lo considero uno de los grandes placeres de la vida qué le vamos a hacer ¡!!!!.. Pero ese es tema para otro día, que me distraigooooo......
La llegada al supermercado, siempre es un poquito irritante…. empiezan esas colas interminables delante de la barrera del parking, que si te descuidas te decapita, mientras pulsas el botón para que te escupan un ticket. Consigues encontrar un sitio después de dar varias vueltas y recibir insultos en arameo antiguo de los coches que no entienden que para entrar en una plaza,………… “el coche que está dentro tiene que salir coco, no puedo ponerlo encima como un tetris ¡!!!!!”. No se a vosotros pero para mi el punto máximo de desesperación puede ser el de coger el carrito. Llevas tu moneda de euro preparada en la mano y zas ¡!!! No falla, el carrito es de 50 céntimos¡!!!! Lamadrequeloparióyahoraquéhagoconlaprisaqueyollevabaporlavirgenylossantos???. Tras varios intentos de dirigirte amablemente para ver si tienen cambio a entes que pululan por el parking, que tienen la  apariencia de señoras y señores pero que en realidad están puestos ahí por el Ayuntamiento, y que en el mejor de los casos te devuelven el “buenos días “ farfullando, decides subir a la señorita de la caja a que te cambie el puñetero euro.
La cajera por supuesto es sorda, (no me extraña con tanto soniquete de  les recordamos que hay oferta de guisantes en la sección de enlatados” o “señorita Mamen acuda a caja central por favor”), y siempre te toca la becaria, la que ese día ha empezado a trabajar y se ha atascado con un código de barras. Entonces empieza “Maryyyyy los berberechos era el 41236987 o el 3258712???” Y viene la tal Mary que debe ser la decanana de las cajeras y se pone con su sabiduría infinita a teclear como si no hubiera un mañana y le dice “ Ves? te faltaba poner el código base 23336, ya lo tienes la próxima vez lo haces tu sola”.

Con las dos monedas de 50 te vas a por el carrito ¡!!!! Y no os habéis fijado que toooooodos los carritos de los supermercados tienen dentro o una hoja de lechuga, o el folleto de promociones arrugado del mes pasado o un guante de los de coger la fruta ???? Es fascinante, se carga la ley de probabilidades ¡!!!. Si juntáramos toooodas las hojas de lechuga podríamos alimentar a medio Zimbawe por lo menos…….Y empieza la gymcana por los pasillos….por favor que alguien me explique la lógica con la que se ha decidido que las toallitas desmaquillantes estén al lado de los las camisas de oferta o las mermeladas,… a lo mejor es que mientras llevas una de esas camisas puestas te puedes manchar comiendo mermelada y con la toallita intentar quitarte la mancha,….no se supongo que esos gurús del marketing tendrán sus teorías y resultados, pero a mi encontrar el aceite de oliva al lado de los sobaos pasiegos y los desodorantes, como que no lo acabo de ver…….Seré corta.

Los especímenes que te encuentras por los pasillos son dignos de estudio microscópico. Puedes identificar las personalidades o situaciones personales viendo cuántos son y lo que meten en el carro. El típico hombre de chaqueta y corbata con dos monstruos cuellicortos vestidos de uniforme de cole, metiendo en el carro Phoskitos, chocolatinas, pizza, helado sin parar… Fijo está recién divorciado, y ahora tiene que cocinar cosa que no hacía antes. Necesita que sus hijos le sigan queriendo después de haberla liado parda con su mujer, y les permite hacer lo que les da la gana llenando el carro de comida que no alimenta pero así le dejan tranquilo y están contentos.  Luego está el carrito de la loca o loco del deporte, vestido/a con deportivas, pantalón “apretao” que no cabe un tranchete, y cara de haber venido corriendo hasta el super para bajar el yogur de la comida,  y que lleva un carrito lleno de comida sana ….incluye tofu, galletas de salvado, yogures light, cacahuetes deshidratados que cuestan 5 euros los cinco gramos, bote de claras de huevo y proteínas en bote para muscular, ahhh y una piña por eso de tomar fruta que es diurética, no vaya a ser que engorde cinco nanogramos por no sacar todo el pis!!!!!.  Luego está la señora mayor con sus dos nietos, que en el carrito lleva lentejas, pollo, verduras, frutas, leche, aceite….vamos lo normal para una alimentación sana equilibrada y de cuchara de toda la vida. Los niños (cuando están educados pasan a la categoría de niños y no de monstruos cuellicortos), van como en la mili ….tranquilitos sin correr con los pasillos, y la ayudan a coger las cosas y colocarlas en el carrito.  Cuando llegan a la caja sólo le preguntan “abuela puedo coger una chocolatina?”,  con la mejor entonación y educación ,y la abuela dice “sí, venga pero una sola y no la abrís hasta después de las lentejas” a lo que ellos contestan con un maravilloso “sí abuela gracias “ (igualito que los del divorciado vamos).

Cuando conseguimos llegar a la caja registradora, ay mi madreeeeeeeee!!!! Hay un matrimonio de viejecitos con unos cupones que están montando un pollo de narices porque al pack de yogures no le han aplicado el descuento de tres céntimos del cupón… Para eso hay que volver a abrir la caja, llamar otra vez a nuestra Maryyyyyyy (hay que subirla el sueldo porque la pobre hace horas extras para aburrir), y esperar a que la cola llegue ya a Sebastopol con parada en Tarancón, para que se vea que los tres céntimos se los está quedando el supermercado ¡!!!!. Entonces inocente de mi …me acerco con mis 107 bolsas de supermercado metidas una dentro de otra  y les digo ,”mire les doy yo los tres céntimos …,” a lo que el marido me mira con ira y odio …”señora o señorita (según el cabreo que tenga), no se trata de los tres céntimos, es que es mi derecho y es lo que pone aquí y me están engañando …”.  Así  que nos queda claro a mi y a las 250 personas que van detrás de mi, que es una cuestión de principios, como la reforma del código penal ….Este hombre gracias a su reivindicación esta noche dormirá mejor, tendrá conversación de vuelta a casa sin parar de hablar de ello en el coche,  y luego será la anécdota de la semana entre amigos y parientes, que además dejará ver que es un tío con un par, que no se deja avasallar por el sistema y por el abuso de las grandes superficies. Es un Cid Campeador de la cadena alimentaria, un Espartaco de las ofertas y cupones ¡!!!!!!.

Y luego viene la salida, con el de delante que mete mal el ticket y hace que nos caduquen los 15 minutos a los demás….Entonces la cola, tanto de coches parados sin conductor, como la de validación de tickets, es como una procesión de Semana Santa pero sin capirotes,  con las mismas quejas y sin cilicio.

Y por fin …llegas a casa….pones la comida en tu nevera, el ratón sonríe y te da las gracias y decides tomarte un té para relajar después de haber estado en “Las Cruzadas”….Y piensas que hay que andar y vivir mas despacio….,y que ahora la gente hace las compras por internet….y se pierde todo esto….Sí  de acuerdo llegas mas tarde, optimizas menos el tiempo …pero donde esté sentir un tomate en las manos, poder elegir el pack de plátanos mirando la puntita si es verde o no y comprobar que mi teoría sobre las hojas de lechuga, catálogos atrasados y guantes de plástico es verdad……no se no se….ahí os lo dejo.

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