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lunes, 29 de junio de 2015

III.- TERCER ACUERDO: NO PRESUPONGAS



El tercer acuerdo se refiere a las suposiciones. Todos absolutamente todos las hacemos varias veces al día, o en algún momento de la semana o del mes, ahí no nos libramos nadie. Suponemos sobre lo que los demás hacen y piensan, y lo peor de todo es que luego incluso llegamos a cabrearnos y a culparlos y reaccionamos contra ellos en función de esas suposiciones que creemos reales, pero que no lo son. Normalmente las suposiciones nunca son positivas, siempre son el extremo negativo. De esa manera nos ponemos tristes o sufrimos infinitas veces de forma gratuita, porqué?, pues porque nos montamos unas pelis de cuidado, a veces son pelis de terror qué quieres que te diga. Entre que ya somos de traca, al entender y asumir como verdad y realidad cada uno en función de su forma de ver la vida, su situación personal o cómo va su día o su vida, y luego que nos hacemos un tráiler con la suposición que convertimos en “verdad del evangelio” en cero coma, y nos lo tomamos personalmente, lo que trae consigo qué?, pues no ser impecables con las palabras y lanzar nuestra magia negra en forma de veneno…….vamos liada peor que en la crisis de misiles de Cuba!!!!!!!!!!!!!!!! …..y sólo porque tu mente se va a lo negativo y tu lo aceptas como verdad.

Hacer suposiciones da lugar a cabreos y discusiones con tu pareja. Suponemos que el o ella hará lo que hemos supuesto y cuando no lo hace, nos sentimos heridos porque …”debería haberlo sabido joder”. También en el resto de relaciones que mantenemos a diario con amigos, compañeros de trabajo etc….Creemos que las personas que nos aman o están cerca de nosotros nos tienen que conocer tan tan bien que casi nos leen la mente, como una traducción simultánea en la ONU y nos llevamos un disgusto tremendo cuando no es así. Si no quieres creerte la suposición es fácil ….pregunta. Pero a veces parece que preguntar produce quemaduras de tercer grado o contagia el ébola, como comenté en mi artículo “Preguntas, preguntas, preguntas”. Nos cuesta más preguntar que hacer un Solomillo Wellington ¡. Y además hay que preguntar no una, sino las veces que haga falta o hasta que consigas la información que buscas…porque dejar a medias algo es casi peor que no empezarlo. Y si el otro piensa que eres “border line” (ejem ejem., lo cual no deja de ser otra suposición), será su derecho y su problema no el tuyo.

Tendemos siempre a tener que entender, justificar y comprender absolutamente todo, parece que nos da seguridad. Hay muuuchas preguntas para las que buscamos respuesta, y como no las tenemos todas suponemos. La suposición se hace de forma inconsciente, pummm!!! De pronto aparece en nuestra mente. Al suponer entre otras cosas que todo el mundo ve la vida o el mundo del mismo modo que nosotros, que sienten y padecen y tienen las mismas necesidades que nosotros, creemos que lo que suponemos sobre ellos es cierto. Verdades absolutas, incuestionables ….pues no.

También suponemos sobre nosotros mismos, creemos que seremos capaces de hacer algo y cuando no es así ….adelante frustración, culpabilidad y rechazo. A lo mejor es que teníamos que habernos preguntado más sobre nuestra capacidad real para hacer algo, o sobre nuestras verdaderas habilidades, sin mentiras, reconociendo nuestras luces y sombras, y perdonarnos por no poder hacerlo o no saber…pero a veces eso nos impide el gran lujo de torturarnos un poco de sobreexigirnos y de flagelarnos emocionalmente …y por Dios cómo nos vamos a perder esa dosis diaria de automachaque?????.

Cuando la comunicación es clara, es decir no haces suposiciones sino preguntas, tus relaciones con los demás cambian. Todo el mundo tiene derecho a decir sí o no y tu tienes derecho a preguntar. Y a la inversa también funciona, también tienes todo tu derecho a decir tu sí o no, a las preguntas de los demás.

Cuando preguntamos dejamos de suponer, y al dejar de suponer nos evitamos lanzar magia negra, hacer daño con las palabras o las actitudes. Y vivir sin veneno emocional que va de un lado a otro como si fuera una partida de ping pong, hace las relaciones mucho más sencillas más agradables y más reales.

Es complicado como los anteriores acuerdos, claro, requieren un esfuerzo brutal porque es luchar contra todos los hábitos que tenemos metidos hasta el tuétano, contra nuestra propia naturaleza que tiende siempre a suponer, y con nuestros tabús sobre preguntar. Es difícil no, lo siguiente pero se gana tanto cada vez que lo hacemos…sobre todo en salud mental, en sonrisas y en ausencias de cabreos sobre la marcha, dejamos de encendernos como una tea con una rapidez digna de la aceleración de un Porsche Carrera.

Y nunca supongas que cambiarás al otro con el tiempo, o que el o ella te cambiarán a ti….esa es la primera suposición que hay que barrer y sacar fuera de nuestra materia gris y nuestro corazón. Si alguien quiere cambiarte es que no te quiere en realidad, quiere lo que quiere hacer de ti. Y si tu quieres cambiar a la otra persona es porque en realidad no te gusta como es sino el proyecto que tienes en tu cabeza como si se tratara de una urbanización. Nadie cambia si no quiere cambiar. Puede que al final le hagas ver o el a ti la vida de otra manera, mejor de la que tiene pero porque esa persona quiera verla así, y libremente lo decida no porque tu te empeñes. Puedes sugerirle o explicarle tu mundo y tu visión y el o ella a ti. Luego cada uno en libertad elegir la forma que te parece mejor, pero nunca obligar. Recuerda que tu visión de la vida es única y no tiene porqué ser buena para los demás. 
 
También es importante hablar de tus necesidades, de las cosas que te hacen feliz para que la otra persona tenga la opción de dártelo. Si no lo decimos, cómo narices va a averiguarlo???. Una vez lo demandes el otro puede libremente dártelo o no, pero eso ya es su privilegio, al menos de esa manera no le hemos sometido a torturas por no adivinar lo que necesitas y a poner distancia cuando no lee tu mente. Y en función de lo que haga, una vez recibida la información directamente de ti,  también tu eres libre de decidir si te quedas o te vas, ya sea pareja, amigo, familia, jefe....

Dejemos los dramones y las pelis gore para la cartelera….si te apetece ese rollo compra una entrada de cine que además te lo agradecerán los actores y el director por los ingresos de taquilla. Nuestra vida???, sin presunciones, sólo preguntando y preguntando más……como dice la canción de Fangoria………………….sólo comedias entretenidas”!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!.

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