Cuando una relación se acaba, el duelo es largo sobre todo si se ha querido mucho y durante mucho tiempo, y obviamente no sufre igual el que deja que al que le dejan. Hay personas que lo dejan de “cuajo” y otras que son incapaces y siguen manteniendo un contacto que a la larga no creará más que confusión y sufrimiento.
Cuando dejan a alguien y esa persona sigue teniendo sentimientos o “enganche” simplemente, de cualquier tipo y que obedece a todo tipo de razones que no vamos a cuestionar aquí, si la otra persona no vuelve a dar señales de vida, lo acabará superando con más o menos tiempo más o menos dolor, se acabó hay que tragárselo con un vaso de agua a veces como un pantano de grande, llanto y tristeza. El problema es cuando la otra persona aparece para ver “´como estás?” porque está “preocupado”, o bien es el dejado el que utiliza cualquier excusa para seguir en contacto con el otro. Chorradas o excusas bien meditadas y organizadas con la almohada por la noche, que intentar enmascarar incluso con uno mismo, que era imprescindible hablar con él o quedar o devolverle un boli por si no tiene con qué escribir al día siguiente, en vez de reconocer que son trampas e intentos clarísimos de no romper el lazo finísimo que aún crees que tienes, y pensar que aún tienes algo que “rascar”, pero que vendes a los demás como “nooo es que no me quedó más remedio”…MEN-TI-RA (y tú lo sabes ).
Si es el primer caso, es decir el que deja sigue contactando, es muy peligroso, mucho. Acabar en la cama con él o manteniendo una “pseudorelación” es algo altamente probable y es un pasaporte a la infelicidad sí o sí. Si la otra persona de verdad se arrepiente y vuelve, pues hay que utilizar filtros y pruebas como las que comenté en mi artículo “Hombres que vuelven”. Y te deseo un final feliz porque me encanta que la gente “coma perdices” sobre todo cuando se ha equivocado y ha rectificado de corazón. Si no es así, te acabará perdiendo el respeto cada vez que consiga tener contacto contigo, ya sea vía wasup vía mail vía teléfono, en directo, y mucho mejor aún piel con piel. Porque sabrá que puede hacer contigo lo que quiera y siempre que quiera………tu le dices que te vas pero él sabe que no te vas a ir, y cada vez que lo digas y no lo cumplas, tu palabra valdrá menos y tu estabilidad mental será tendente a menos cien. Alguien que dice preocuparse por ti y guardarte al menos algo de cariño, no mantiene un contacto contigo sabiendo que para el es genial la situación, pero para ti es motivo de sufrimiento y de dolor porque te hace tener aún expectativas y no te deja curarte y seguir adelante.
Si el caso que nos ocupa es el de la excusa puesta por ti, ahí tenemos un problema que sólo tu puedes solucionar. Por mucho que digas y cuentes a los “cuatro vientos”, no es verdad, no pasas en absoluto y quieres seguir teniéndolo en tu vida, te pongas como te pongas o lo cuentes en el idioma que quieras. No cierras porque no quieres. No hay nada que suba más el ego de un hombre que saber que tiene a una mujer detrás y perdidamente enamorada, es algo irresistible, es como pedirle a un niño que no pruebe una chuche que tiene delante…imposible.
Por mucho que intente tener contacto contigo, si desde el principio eres clara y te mantienes firme, es decir no dejas ver señales de debilidad o de falta de convicción, porque flaquear una vez, le da tooooda la información que necesita para saber que puede seguir avanzando porque sabe que tu no estás segura y dices no cuando en realidad quieres decir si, al poco se cansará de intentarlo. Aparecerá otra que le haga entretenerse y olvidarse de ti (si no la tenía ya antes), y a lo mejor si le sale mal, hará un par de intentonas mas pasado un tiempo, cada vez más espaciado, como quien contacta sólo por los cumpleaños y punto, y si cae la breva pues sólo habrá perdido el tiempo de un wasup o un mensaje … y si le resulta pues fíjate qué barato le ha salido. Si nunca lo consigue, acabará desapareciendo como aquel que se fue a por medio kilo de jamón y hasta hoy. Ahora, si sigues utilizando y autoconvenciéndote de tus propias “excusas irreales”, entonces vas a sufrir “un huevo”, pero no por culpa de él sino por la tuya. Ir por la zona donde sabes que te lo puedes encontrar, tener contacto con gente común…todo eso no lleva sino a tu desastre emocional y tu autoestima por los suelos.
Está claro que tú tienes que seguir con tu vida, pero si cambiar alguno de tus hábitos o cosas que te gustan porque puedes coincidir con él o su entorno, trae consigo el olvido y el contacto cero, pues sinceramente bien vale el sacrificio porque tienes más que ganar que perder. Ya habrá tiempo de volver a esos lugares, o a ver a esa gente. Pide ayuda a tus amigos, diles que te ayuden a mantenerte firme y a no tener noticias. Bloquea cualquier posibilidad de acceso a ti que pueda ocurrírsete, no flaquees, de verdad. Como entres en el juego luego salir va a ser más difícil, tendrás el dolor que sientes ahora incrementado con falta de autoestima, falta de credibilidad y a veces la sensación de que se han reído de ti y piensan lo imbécil que eres. Esa mezcla es más dolorosa aún que la del principio. Además bajo la excusa de que “no quieres quedar como una tonta” sigues con el “enganche” que además justifica la toma de contacto, ese quedar, ese hablar, ese waspeo…que lo único que hacen es perjudicarte a ti porque no vas a superar nada, en serio que no, quedar para despediros, para volver a decirle lo que ya le has dicho mil veces, y volver a intentar que el te diga lo que quieres oir, o simplemente saber de su vida…no es apostar por ti.
Hazte un favor, no te engañes ni te mientas…y además tampoco engañas a los demás aunque creas que sí. A veces el mejor regalo es que el desaparezca…y que tu no le busques como si fuera un truco de magia......conejo dentro de la chistera…..et voilá!!!!! Y sale un pañuelo.
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