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martes, 7 de abril de 2015

PAÑUELOS Y MOCOS










Desde que somos pequeñitas estamos rodeadas de personas de nuestro mismo sexo. Nuestras madres son nuestras primeras referencias en cuanto a estética, comportamiento, forma de expresarnos, de andar, y de interactuar con el sexo contrario. Nos fijamos y la estudiamos muy detenidamente porque la vemos como una Diosa, alguien increíble, y queremos ser como ella.

Después cuando llega la pubertad, y con ella los “granos piscineros”, los “esguinces tobilleros” provocado por querer emular a las diosas de las pasarelas según nos quitamos los calcetines “arreguñados” y cambiamos el mocasín por el taconazo, nuestro primer amor y nuestra primera rotura de corazón que parece que vas a morir en ese mismo momento, ……. aparecen seres esenciales en nuestro crecimiento y que desplazan a nuestra figura femenina por excelencia (mami), para después de unos años volver a recuperarla como alguien vital y de máximo apoyo en nuestra aventura de adultas. Esos seres son …….. las amigas. Pero AMIGAS en mayúscula, es decir las que ríen y lloran contigo y las que cuando lo necesitas está ahí sí o sí….A M I G A S.

Al principio cuando estás buscando tu sitio en el mundo, te apoyas en ellas para que te den la razón sobre qué malas son nuestras madres, lo injusto que son los castigos que nos imponen, lo petaaaaaaaardas que son y lo “brasas” que nos quieren controlar, que siempre “haz esto haz lo otro…”. Nuestras amigas que son como gran paño de lágrimas insustituible. Esa “jo tía” y esos abrazos tan efusivos que parece que nunca has encontrado un ser más afín a ti, mientras lloras a moco tendido por el dramón de esa semana, que puede obedecer desde un kilo en el culo que hace que no te suban los vaqueros guays que te has comprado, hasta que fulanito ha mirado a otra y no te ha dicho hola. Nuestro pequeño y frágil mundo…..ayyy que sería de nosotras sin las amigas???....el caos total!!!!!!.

Hay una época en que las mujeres somos auténticas brujas de escoba y verruga entre nosotras. Es verdad, aparece la competición. Y hay veces en que hasta las mejores amigas se traicionan entre ellas, (con las que no son amigas, no es traición….es simplemente “juego sucio, pero juego” al fin y al cabo). No es tan descarado como lo harías con una que te cae “como el culo tía”, sino que dejas caer sutilmente algún comentario “inocente” que deje a tu competidora fuera de juego por “ KO Técnico”. Ese comentario cargado de cicuta que la deja fuera de la ecuación sin que te puedan echar nada en cara porque se lanza como un tiro directo a la yugular…sólo un “se me escapó”, o “te juro que no pretendía eso de verdad de la buena palabrita del niño Jesús”, que te deja la pista libre, convirtiéndote en la ganadora del concurso de zorras, malvadas, y perversas del mes. Aunque con los años, aprendes que normalmente el premio no merece la pena, sobre todo si el precio es el daño que has hecho a una amiga, y el premio un tío que ni valía la pena ni era el amor de tu vida. No todas lo hemos hecho, pero sí muchas….en eso somos peores que los hombres con diferencia. Los hombres son muuuuucho más nobles, más sinceros y menos retorcidos. Si dos hombres pelean por una mujer, se dan la mano en plan “que elija ella y que gane el mejor”, y luego se toman una cerveza, incluso pueden llegar a ser grandes amigos, y siempre de frente. Nosotras tenemos mucho que aprender de vosotros en la época de “mercado” porque no jugamos tan limpio… al menos de los 25 a los 35.

Sin embargo, cuando pasas los 35, te encuentras con que las amigas (pocas, con los dedos de una mano y sobran), te dan sin mesura y son tus mayores apoyos que matarán por ti y te defenderán a muerte. Las mujeres entre nosotras cuando estamos ya seguras de nosotras mismas y hemos pasado la época de competición, somos fieles y leales a morir. Y no es figuradamente….,es algo que demostramos estando disponibles hasta las tres de la mañana si alguna lo está pasando mal con el teléfono a cuestas, buscando cobertura donde no la hay para que tu amiga sienta que estás ahí. Dejamos planes y cosas sin hacer aunque ella nos diga “no, no pasa nada”, que traducido significa “estoy fatal pero no quiero obligarte a venir o a que me escuches porque te quiero y no quiero fastidiarte, pero si vienes me harás muy feliz”.

 Una vez oí que las amigas de verdad son las que vienen sin que las llames…y creo que es cierto. Por muy importante que sea lo que tienes delante, si una amiga te necesita, vas. Además normalmente lo haces sabiendo que en caso de ser tu la de los mocos, ellas actuarían de la misma manera contigo, eso se sabe y se nota. Las iguales se huelen…y como se suele decir “hoy por ti mañana por mi”… porque quién nos dice que mañana no estaremos nosotras derramando esas lágrimas?. Son esos mocos los que un hombre no entiende o no puede limpiar…..para ellos tenemos nuestros propios mocos …los “mocos parejiles”, que son tema de otro artículo…..

Y si luego no te limpian a ti los mocos,….pues no pasa nada….de verdad que no, no hay que esperarlo aunque sí agradecerlo. Porque qué prefieres, que te limpie alguien que te quiere de verdad y lo demuestra, o alguien que está haciendo el “papelón” porque le viene bien de tres a cuatro que tiene hueco en su agenda?. Pues en serio, que nos importe “tres” quien no es de verdad, ni está de verdad. Y no sabéis lo que une una de limpieza nasal entre amigas, …una
barbaridad…eso, y el pijama de felpa debajo de una manta, son clásicos que no pasan de moda…y que tienen una efectividad del 95%....garantizado!.

Desaparece también con la edad el miedo a alabar a la otra, nos sale sinceramente. Hoy mismo en el gym me ha ocurrido, (pero no voy a reproducirlo porque se queda entre ella y yo como debe ser) y como la he dicho, ya me has alegrado el día. Y es una alabanza sincera, de las de corazón, de las de mujer segura de sí misma a mujer segura de sí misma, no de las de “qué traje más mono te queda genial” y luego por detrás “pufff la queda como el culo, menudo mal gusto tiene, tu has visto que caderas???” o de las de “sí es mona, pero ….” ( y ahí sale el venenoooooo, que hay para exportar).

Por eso me gusta ser mujer y tener la edad que tengo, porque puedo abrazar y hablar sinceramente con mis amigas, porque las tengo cuando las necesito, y porque a veces donde menos te lo esperas llega alguna que no sabías, y te da un abrazo y un sonado de mocos que vale un imperio. Porque creo en los teléfonos disponibles a las tres de la mañana los siete días de la semana, porque creo en dejar un cine para abrazar a alguien o sólo estar sentada a su lado, y porque cuando le digo a una amiga que está guapa o que algo la queda bien es porque lo siento así, y estoy encantada de que la miren.

Somos capaces de grandes heroicidades y de grandes deslealtades….pero en general somos buena gente y…….., entre nosotras? deshagamos el mito, las mujeres nos queremos y nos apoyamos, en serio que es así incluso si te conoces poco….. somos corporativas ……………………aunque lleve el mismo vestido que tu a una boda y le quede mejor.

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